18 Sep 2017
septiembre 18, 2017

La palabra de los Maestros

Taransaud es considerada una de las mejores toneleras de el mundo, años de arte, experiencia y devoción perfeccionista les permitieron alcanzar este lugar.

Hoy nos cuentan como cuidan y preparan la madera con la que fabricaran sus toneles y nos abren la perspectiva para ver como el sabor de un buen vino empieza a gestarse incluso antes de nacida la vid que lo conforma.

Taransaud nos dice:

Para transmitir a las barricas futuras sus excepcionales propiedades, nuestras duelas se curan durante 24 a 60 meses en nuestro parque. Durante el curado natural al aire libre, los compuestos amargos y duros de la madera se van eliminando poco a poco gracias, entre otros, a las lluvias, a las que damos preferencia sobre los rociados artificiales, mientras que se produce un desarrollo lento de los aromas.
Al igual que las vides jóvenes son sensibles a la sequía, un secado demasiado rápido durante los primeros meses de curado podría alterar las cualidades de las duelas jóvenes.

Taransaud estudia, desde un enfoque científico, la influencia del clima sobre las condiciones del curado.

Los estudios y las pruebas de nuestro departamento de I+D nos han llevado a crear un «semillero» en el seno de nuestro parque de duelas. Este espacio privilegiado está bordeado de un seto natural cortavientos para atenuar el impacto de los vientos cálidos y secos, y crear un microentorno «refrigerado» gracias al agua transpirada por la masa vegetal. Nuestras duelas jóvenes pasan aquí los tres primeros meses de su curado, para que la pérdida de agua libre sea progresiva.

Más tarde, al final del periodo de curado, las duelas pasarán 2 semanas en un edificio de estabilización a fin de garantizar una temperatura y un índice de humedad constantes, esenciales para alcanzar la calidad Taransaud.

 

Fuente:
www.taransaud.com